Antes de coger el garrote debes reflexionar hasta comprender que vas a entablar una lucha contigo mismo pues no existen rivales a vencer, sólo hay técnicas que dominar; no existe el objetivo de ganar o el miedo de perder, sólo en la técnica te debes concentrar.
y más que en la técnica, es en la sensación que se experimenta cuando el cuerpo se mueve de acuerdo con las leyes físicas; brotando energía con el cuerpo y la mente relajados (sin miedos, ni ambiciones.)
Es la sensación que produce el movimiento de la técnica bien ejecutada.
Si analizas tus reacciones durante y después de un combate, notarás que en ti existen dos personalidades, un cuerpo que se precipita en responder con ira cuando recibe un golpe del contrario y , después de descargar tu falso orgullo, otra parte que está en tu interior te hará sentir avergonzado.
Por éste, y otros muchos motivos, desde el primer momento debes
esforzarte en el control de la energía abandonando el ego.
Si entrenas, no para hacer daño, sino con la intención de parar el golpe, estarás desarrollando el sentido de la responsabilidad a la vez que ejecutas las técnicas.
Antes de intentar dominar a tu adversario, es preciso que primero luches contigo mismo en los ejercicios individuales, hasta que consigas dominar tu cuerpo. Es entonces cuando estarás en perfectas condiciones de progresar con las técnicas, en pareja, las cuales, precisamente, son las que te preparan para los futuros combates.
El objetivo del entrenamiento que vas a realizar, consiste en repetir muchas veces un movimiento consciente hasta que llegue a convertirse en reflejo; el cuerpo hará aquello que está acostumbrado a hacer. O sea, reacciona según la fuerza de la costumbre.
El dominio de las técnicas básicas es lo que te permitirá progresar y alcanzar un buen nivel. por el contrario, si no has cumplido con las condiciones corporales previas, es probable que te quedes en el montón de la mediocridad.
G Maestro Jorge Domínguez Naranjo
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